En 1950, Alan Turing, matemático e informático británico, vivía en la tranquila ciudad de Wilmslow, cerca de Manchester. Con un papel clave para la derrota del régimen nazi durante la II Guerra Mundial, Turing seguía obsesionado en cómo las máquinas podrían emular la inteligencia humana. Escribió entonces un muy influyente artículo en la prestigiosa revista Computing Machinery and Intelligence. No fue un artículo fácil de escribir. Tardó años en llegar a las conclusiones que ahí plasmó.
Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días
Suscríbete a 365 relatos de la Inteligencia Artificial para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.